Sumérgete: La idea punto es porque, supuestamente, nunca podrás aprender un idioma, al menos rápido, si no piensas en ese lenguaje. Para hacer esto tienes que viajar a un lugar donde hablen ese idioma y quedarte en ese lugar durante un tiempo.
Olvídate de traducir: ¡piensa como un bebé!: Los bebés aprenden repitiendo, imitando y sobre todo no teniendo vergüenza.
¿Cómo se dice?: Además de cómo se agradece la primera frase que tienes que aprender y grabarte en tu memoria es “¿Cómo se dice?” o “¿Cómo se llama eso?”.
Escríbelo: Después de tener conversaciones donde no hayas entendido algunas cosas, escríbelas. Luego ve al diccionario y busca esas palabras o frases.
Utiliza cognados: Se le llama cognados a dos palabras que en diferentes idiomas se escriben y pronuncian parecidas.
Televisión local, películas, música: Mira películas, escucha música, canta canciones y compra periódicos y revistas. Es divertido y ayudará a mejorar tu pronunciación y comprensión.
Señales no-verbales: Además de las palabras, observa a los locales cuando caminan. Combinar las señales de las personas con las que interactuarás te permitirá comunicarte mejor.
Sé emotivo: Las experiencias emotivas muchas veces se arraigan a nuestras memorias.
Practica con amigos, después solo: Mientras que las clases individuales te brindarán muchísimo, las clases con amigos te permitirán interactuar mucho más y aprender más rápidamente.
Practica cada vez que puedas, antes y después de haber viajado: Si pasas mucho tiempo sin practicar un lenguaje te volverás “áspero”. Por este motivo, debes practicarlo cada vez que puedas.
Fuente: ALT40
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